El ejercicio puede realizarse de pie, sentado o acostado. Con la espalda recta, ojos ligeramente bizcos, de manera de vernos la punta de la nariz, livianos de ropa.
Lo óptimo es alcanzar un estado de respiración inaudible, lo cual es progresivo a medida que vamos armonizando el cuerpo, relajando cada uno de los órganos, observando y acompañando el trayecto de la respiración con el pensamiento de manera que este no se disperse y nos distraiga.
Ocean Of Wisdom - Nawang Khechog
Inhalamos profundamente, traemos el oxígeno desde el primer vórtice, desde el chacra raíz, entramos el estomago y subimos el aire por la columna, pasando los riñones, al llegar a la altura de los omoplatos sostenemos el aire por un momento, luego continuamos subiendo por atrás de la cabeza y pasamos por encima de ella hasta el punto del entrecejo. Sostenemos el aire en ese punto. Exhalamos por la nariz guiando el aire hacia abajo por el frente del cuerpo, primero hasta el punto justo debajo del ombligo y luego al chacra raíz, donde comienza el ciclo nuevamente.
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La razón de mantener los ojos medios abiertos es para concentrarse en el caballete de la nariz al hacer circular el aire hacia arriba por la espalda y por encima de la cabeza hasta ese punto, y también para usar la mirada a fin de guiar la respiración hacia abajo por el frente del cuerpo, devolviéndola a los órganos sexuales.
Al hacer circular la respiración en tal forma crea un escudo impermeable que impide la penetración de influencias perturbadoras externas en el campo de la energía del cuerpo, lo que usualmente llamamos aura. Al mismo tiempo evitamos que la energía vital interna se disperse hacia el exterior.
A medida que vamos desarrollando la técnica podemos incrementar los momentos de retención de aire, generando cambios en el ritmo respiratorio que al estar vinculado directamente a los órganos del cuerpo, favorece el funcionamiento de los mismos.
Gracias.
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