martes, 19 de junio de 2012

Los Tres Humores






Las enfermedades o desordenes  en nuestro cuerpo, pueden ser causadas por pequeños organismos, gérmenes y microbios;  además, es interesante ver  más allá de esto, es decir  a un nivel más profundo. Lo cual aporta un medicamento, el origen  que la genera. Y la farmacia de turno es uno mismo.
Nuestra forma de pensar genera desequilibrios en el plano emocional y mental.  Y si bien  se podría decir que existen factores externos que atacan al cuerpo, además,  podríamos preguntarnos qué es  lo que a nivel de pensamiento nos lleva a exponernos a tal nivel que, nuestros hábitos de vida actuales  tienen más valor que la integridad de nuestro cuerpo.
Un ejemplo claro de esta relación  lo aporta la Medicina Tibetana. Para esta medicina, existen principalmente tres emociones o actitudes conflictivas.
Una habla de el deseo de  “tener eso”, el tema es que pasa si no lo consigo, enloquezco, nerviosismo. Podría ser una expresión, o, y aquí entra la segunda expresión  me enojo  porque no tengo eso.  Y  qué pasaría si además “me obsesiono” con lo que creo tengo que conseguir, y aquí podríamos encontrar la tercera expresión, la   cerrazón mental y la necedad.
Ahora bien, como influye esto en nuestro cuerpo, y aquí lo tangible…
El  estado de nerviosismo lo manifiesta el cuerpo habitualmente con la presión arterial, y la sensación de opresión en el pecho.  Además si vamos relacionando actitudes, podemos ver que este estado, genera desgaste a nivel energético, lo que podría traducirse en lo que se llama en este tiempo estado de depresión.
El estado de enojo genera habitualmente,  desequilibrios de la bilis. Lo que expresa el cuerpo con ulceras, dolores de cabeza, pigmentación, entre otras cosas.
Cuando nos aferramos obstinadamente a ideas sin abrirnos a escuchar a los demás. Estamos en un estado de cerrazón mental. El cuerpo lo expresa habitualmente con la flema, en estados de sinusitis, neumonía, asma, artritis, reumatismo.
“El cuerpo expresa  la inflexibilidad del estado mental en el que estamos situados en ese momento”.
El hablar de “estados”  expresa lo transitorio de los desordenes.  El estado recurrente de ciertas actitudes  es lo que mantiene el estado de desorden o enfermedad.
Sin entrar en un estado de estereotipo, observar esto nos da la posibilidad de detectar una creencia vigente en estos tiempos que se basa en  vivir  de lo relativo.
Si todo diera lo mismo.  ¿Que diferencia a uno de otros? 


...por Andrea Marquès

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